Mi historia
Hace más de 10 años tuve una lesión relativamente seria en mi espalda. Tras una caída de la bici a la que no le había dado mucha importancia, comencé a tener dolores muy fuertes que me obligaron a dejar de hacer deporte y comenzar un largo proceso de rehabilitación.
Resultó ser una pequeña fractura y una hernia discal.
Desde entonces, he tenido algunas recaídas y episodios de dolor intenso de espalda. Es algo con lo que me he
acostumbrado a lidiar.
Sin embargo, una lección que me ha ayudado a no rendirme y mantenerme activo y entrenando duro estos años es el no dejar que una lesión me defina ni que mi diagnóstico se vuelva mi identidad.
¿A qué me refiero?
En mi caso (y con muchos de mis clientes), me di cuenta en los primeros años de lidiar con mi lesión que comencé a usarla como una excusa o casi una tarjeta de presentación:
“Hola, soy Martín. Me gusta entrenar y jugar fútbol, pero no puedo porque tengo una hernia lumbar”.
Estaba empezando a crear una identidad asociada a mi
lesión.
La lección
El peligro de eso es que, por miedo al dolor, solemos poner excusas y dejamos de perseguir objetivos y hacer actividades que son importantes para nosotros.
Tener miedo al dolor y a causar un daño permanente es una parte natural del proceso.
Pero no te deberías quedar ahí. Tienes que confrontar ese miedo (y de preferencia, con la guía de un Profesional) poner un plan para volver a la actividad de forma segura.
A la par, debes mantener una mentalidad positiva y enfocarte en lo que sí puedes hacer mientras te recuperas. Ej: si tienes una lesión en tu pierna, puedes seguir haciendo actividad con tu tren superior.
Llevándolo un paso más allá, puedes pensar en tu lesión como una oportunidad de identificar y trabajar en debilidades de las que talvez no eras consciente, entrenar habilidades/modalidades complementarias a tu entrenamiento habitual.
Esta es la mentalidad que tienen los mejores atletas profesionales (la gran mayoría han lidiado con lesiones graves y han vuelto a jugar a su nivel más alto). Si ellos pueden hacerlo, tú también.
Finalmente, recuerda que una lesión puede ser un paso atrás, para luego dar tus siguientes 10 para adelante.
Una nota importante: Obviamente hay diferentes niveles de gravedad en las lesiones. Es importante trabajar con un médico especialista y tener una opinión profesional antes de decidir como proceder con tu entrenamiento en caso de que te hagas daño.