Hola ,
Muchos de mis clientes en algún punto me han preguntado "¿cuántas calorías quema este ejercicio?" o me han dicho "hoy no quemé tantas calorías en mi entrenamiento".
Demasiadas personas entrenan solo por el número de calorías que sale en su smartwatch.
Eso no tiene mucho sentido. En este email te cuento por qué.
No hay nada malo con la pregunta en sí, ni con querer conocer las calorías que has quemado después de entrenar. Pero esa pregunta se enfoca en sólo uno de los muchos beneficios que tiene el hacer ejercicio - y en mi opinión, el menos importante.
Entrenar con el objetivo quemar la mayor cantidad de calorías es como leer un libro para ver cuántas páginas alcanzas a leer. Está bien presumir de ello, pero probablemente te estás perdiendo de muchos detalles importantes en el proceso.
Al final del día, lo importante
es la calidad del contenido.
¿Por qué deberías dejar de pensar en el ejercicio simplemente como una forma de quemar calorías?
Primero, así entrenes a intensidades muy y por tiempo prolongado (lo cuál dudo, a menos que seas un atleta de alto nivel), la mayor parte de las calorías totales que quemes a lo largo del día vendrá de tu Ritmo Metabólico Basal (BMR) y tu NEAT (la
cantidad de energía que utilizas para realizar actividades que no sean consideradas ejercicio - caminar, lavar platos, limpiar tu casa, sentarte, levantarte, etc.)
Entonces, aunque quemes muchísimas calorías durante tu entrenamiento, esto te cuenta solo una pequeña parte de la historia.
Segundo, te estás enfocando en el resultado equivocado. Entrenar genera muchos otros beneficios en los cuales te podrías estar concentrando, en vez de obsesionarte con las calorías.
Por ejemplo, un entrenamiento
de fuerza va a quemar muchas menos calorías que una sesión de HIIT. Sin embargo, esa sesión de fuerza, repetida varias veces a lo largo de uno, dos o tres meses probablemente te aporte más beneficios en cuanto a tu % de masa muscular, a la salud de tus articulaciones, a tu densidad ósea y a tu bienestar mental.
A lo
largo de los años, todas estas adaptaciones son categóricamente más importantes que cuántas calorías quemaste en una sesión.
No sólo eso. El obsesionarte con una métrica como el número de calorías es una ruta directa a crear una relación negativa con el ejercicio y la comida. Y en el peor de los casos podría desencadenar en potenciales
trastornos de conducta alimentaria.
En fin.
La próxima vez que alguien te pregunte cuántas calorías quemaste en tu entrenamiento, por favor reenvíales este correo.
Tú, que ahora ya sabes en qué enfocarte, sigue entrenando de manera inteligente, con paciencia y disciplina.