¡Hola !

Después de unas necesarias semanas de descanso y viajes, estoy de vuelta al trabajo con mis clientes de coaching y con el newsletter. En este email, te cuento un poco sobre mis vacaciones y cómo logré mantenerme activo y en forma sin estresarme demasiado por mis entrenamientos ni mi alimentación.

Para escapar del calor de verano en Valencia, viajamos con Gaby primero un fin de semana a Portugal, antes de irnos a Suiza por 6 días.

Primero fuimos a Lisboa, donde nos encontramos con la sorpresa de que ese fin de semana estaba de visita un tal Papa Francisco.

Así que nuestras vacaciones comenzaron con ríos de gente católica rezando y cantando por las calles de Lisboa. 

Luego alquilamos un auto y fuimos hasta Oporto. Aquí no nos topamos con tantos creyentes. Estuvimos sólo un día, pero me encantó la ciudad, estoy seguro que volveré. De mis cosas favoritas, escuchar un concierto de Fado en vivo, acompañado con una copa de Oporto.

Durante el viaje a Suiza, compramos un un pase que incluía trenes, transporte público ilimitado y entradas a algunos museos por 4 días. Pasamos días enteros entre trenes y caminatas, conociendo las diferentes regiones de Suiza (alemana, francesa e italiana), disfrutando de los paisajes alpinos y nadando en los lagos. Aprovechamos también para visitar el museo de Lindt y probar varios de sus famosos chocolates! 🤤

Me sorprendí al regresar a casa porque, por primera vez en mucho tiempo, llegué de vacaciones sin estar preocupado por haberme saltado entrenamientos, no haber comido bien, o haber subido de peso.

Esto no es por accidente, es resultado de mucho trabajo intencional en mejorar mis hábitos y mi relación con la comida y el ejercicio.

A continuación, te comparto algunos de los hábitos en los que decidí enfocarme durante mis vacaciones para 1) disfrutar y recargarme y 2) no perjudicar el progreso que he tenido en el gimnasio:

1. Me mantuve lo más activo posible: caminamos un montón en cada sitio que visitamos. Si podíamos escoger, subíamos por escaleras y no por ascensores. Nadamos, hicimos rutas por las montañas, etc. El resultado: 20k+ pasos la mayoría de días, llegábamos agotados a dormir cada noche.
2. Intenté tener una fuente de proteína y vegetales o fruta en cada comida. Aparte de esto y de tomar MUCHA agua, no estaba preocupado de otros factores sobre mi nutrición. Esto me permitió no estresarme sobre comer tanto fuera de casa y decidir inteligentemente en cada comida.
3. Limité mi consumo de alcohol. Aunque no soy alguien que bebe mucho, durante el viaje sabía que iba a probar cervezas, vinos, etc. Así que me puse un límite de una cerveza o copa de vino diaria. Si algún día tomaba dos, al siguiente no tomaba ninguna. Así de simple.

Y eso fue todo.

Sé que puede sonar demasiado simple y talvez no se ajusta a tus prioridades, pero el mensaje es este:

Si quieres salir de vacaciones y no preocuparte por subir de peso o perder los resultados de tu entrenamiento, define claramente antes de viajar las estrategias y hábitos que te ayudarán a tomar mejores decisiones.

¡Espero que este newsletter te haya gustado, ! Si tienes cualquier pregunta, responde a este correo y conversemos.

Un abrazo,