¡Hola !
Hace unas semanas te conté sobre la lesión que tuve en mi espalda y cómo el dolor me hacía percibir todo a través de un lente de negatividad.
A muchos de los que leyeron el mensaje les preocupó lo suficiente para escribirme a ver cómo estaba, quiero agradecerte por eso, ¡tu apoyo ha sido una gran ayuda en este proceso!
Hoy me gustaría darte una actualización al respecto y contarte mi perspectiva sobre cómo salir adelante si estás pasando por una situación similar.
Desde los 15 años he lidiado con esta lesión en la lumbar, por una caída que tuve montando bici. Durante los últimos 13 años, he pasado por diferentes etapas de dolor intenso, entrenar a pesar del dolor y tener que parar por completo para recuperarme.
He oído de todo: "no deberías hacer ese tipo de ejercicio", "no vas a poder volver a jugar/entrenar", "ese deporte te va a dañar más"...
En ocasiones consideré dejar de entrenar por completo, o conformarme con hacer solo ejercicios de rehabilitación.
Sin embargo, mi deseo de aprender a recuperarme y entrenar de manera que esta lesión
no me defina ni limite mis actividades favoritas ha sido más fuerte. Fue lo que me llevó a certificarme como entrenador hace 5 años y, el año pasado, a obtener una certificación con Active Life Rx para poder ayudar a otras personas con lesiones y dolores recurrentes.
Pero por más que he aprendido y soy más consciente, cuando el dolor regresa, también vuelven los sentimientos de angustia y miedo de no poder volver a practicar el deporte que amo. Este último episodio fue de los peores que he tenido desde hace mucho tiempo y me llevó a cuestionarme seriamente si iba a poder volver a prepararme para competir.
Lo que más me ayudó a recuperarme fue recordar y aplicar lo que he aprendido sobre qué hacer en estas situaciones: ser paciente, poner una actitud positiva (mentalidad de atleta: todo es una oportunidad de aprendizaje, todo es superable) y apoyarme en
profesionales que me brinden perspectiva y me guíen en la recuperación.
Esta vez tuve la suerte de contar con la asesoría de dos profesionales que evaluaron mi situación y me ayudaron a
crear un plan de acción para a regresar a los entrenamientos en un tiempo relativamente corto.
Ahora mismo estoy en mi tercera semana de entrenamiento después de la recaída y el dolor ha
desaparecido por completo. Estoy siendo muy consciente y cauteloso con mi progreso en el gym, de la misma manera en que lo haría con un cliente de coaching en una situación similar. Hasta ahora, las sensaciones durante los entrenamientos han sido muy positivas.
Esto es así, hay semanas de dolor insoportable y otras en las que eso parece que todo ha sido solo una pesadilla.
Espero que mi experiencia te brinde algo de perspectiva si estás pasando por una situación similar. En los próximos newsletters, compartiré algunos consejos sobre cómo modificar tus entrenamientos durante y después de una lesión.
Por ahora, si deseas saber más sobre cómo puedo ayudarte en tu propio viaje de recuperación o si estás buscando alguien que te guíe en tu entrenamiento de fuerza, no dudes en contactarme. Estoy aquí para apoyarte.
Un abrazo,