¡Hola !
Como te conté hace unas semanas, estoy estudiando un curso de coaching nutricional. Esta semana topé un tema del que muchas personas hablan, pero no siempre con fundamento: el metabolismo.
Muchos clientes (y personas random también) me han dicho algo como “no logro bajar de peso porque mi metabolismo es lento”.
Acompáñame hoy a entender si en verdad es tu metabolismo lo que está limitando tu progreso.
Primero, definamos qué es metabolismo: es la suma de todos los procesos químicos que suceden dentro de tu cuerpo para mantenerte vivo: respiración, digestión, contracciones musculares (voluntarias e involuntarias), conexiones neuronales, entre muchos otros.
Todos estos procesos químicos requieren de energía (por lo general medida en calorías), la cual viene en su mayoría de la comida que consumimos.
El metabolismo se compone de la Tasa Metabólica Basal o Metabolismo Basal, o sea la energía que necesita tu cuerpo para sobrevivir solamente manteniendo las funciones básicas, en reposo.
A esto tienes que sumarle toda la energía para las reacciones necesarias para que te levantes de la cama, salgas a caminar, hagas ejercicio, juegues, etc.
En resumen, si no consumes suficiente energía (calorías) día tras día, tu cuerpo utiliza sus reservas para compensar (las reservas vienen de grasa corporal, músculo y otros tejidos) y esto resulta en la pérdida de peso.
Si consumes más energía (calorías) de la que necesitas, tu cuerpo la almacenará para usar en un futuro (en forma de grasa corporal, músculo, glucógeno, entre otros) - esto resulta en un aumento de peso corporal.
Ahora, a lo que vinimos. ¿De verdad se vuelve más lento nuestro metabolismo?
Hasta hace poco era comúnmente aceptado que el metabolismo basal se volvía progresivamente más ‘lento’ (menos procesos químicos, menos energía necesaria) con el paso de los años. Muchas personas todavía culpan a su metabolismo ‘lento’ por su ganancia de peso.
En realidad, cada vez hay más evidencia de que el metabolismo basal no disminuye sino hasta pasados los 60 años en promedio.
O sea que, a menos que haya una pérdida substancial de tejido magro (músculos, huesos), nuestro metabolismo se mantiene relativamente estable a medida que envejecemos.
Lo que en verdad explica una ganancia de peso más acelerada a medida que envejecemos son los cambios de comportamiento: después de tus 20s por lo general empiezas a trabajar, pasas más tiempo sentado, te compras un auto, tienes menos tiempo para entrenar…
Todo esto contribuye a que tu nivel de actividad disminuya y necesites menos energía para mantener tu peso actual.
Si tu dieta sigue igual que cuando estabas en el colegio o en la universidad y eras súper activo con un nivel de actividad más bajo, es normal que tu cuerpo almacene el exceso de energía (calorías) como grasa corporal.
¿Cómo prevenir esto?
- Aumentando el nivel de actividad diario - sal a pasear más, usa las escaleras en lugar del ascensor, toma pausas activas…
- Incrementando o al menos manteniendo tu porcentaje
de masa muscular - los músculos son tejidos metabólicamente más activos que la grasa, es decir que requieren de más energía para contraerse y relajarse. Si no lo has hecho todavía, puedes descargar mi guía de ganancia muscular aquí.
- Ajustando tu alimentación para que no exceda tus necesidades de calorías y de
nutrientes - comienza por llevar un registro de todo lo que comes durante una semana, luego identifica áreas en las que puedes realizar cambios pequeños que traigan resultados: consumir más proteína, más vegetales/fruta (fibra), consumir menos alimentos híperprocesados…
En fin, respetuosamente, si no lo has hecho todavía, deja ya de culpar
a tu edad y pobre metabolismo por tu ganancia de peso.
Está haciendo lo mejor que puede.