¡Hola !
Imagínate esto:
Te despiertas en la mañana, desayunas, te cambias y sales al trabajo. Pasas toda la mañana en tu silla hasta
que es hora de comer.
Comes en 30-45 minutos y vuelves al trabajo.
Después de otras 3-4 horas en tu
silla, terminas de trabajar y decides ir al gimnasio.
Calientas con unos minutos en la caminadora y tal vez con unos circulitos con tus brazos
Comienzas a entrenar y empiezas a sentir esa molestia recurrente, pero es "normal", no es un dolor fuerte. Decides seguir con tu entrenamiento, ya pasará.
Entonces, en ese ejercicio que te da un poquito de nervios, lo sientes.
En esa última rep, sientes que algo no ha ido bien.
Y empieza el dolor.
Esa maldita última rep.
¿Te ha pasado algo así? A mi me ha pasado más de una vez.
Pero, ¿y si te dijera que no fue esa última rep?
Te voy a contar a continuación la razón #1 por la que el dolor y las lesiones
ocurren.
Todo se reduce en dos palabras clave: capacidad y carga.
Cada
uno de nuestros cuerpos tiene una capacidad de soportar estrés y recuperarse de él. No solo eso, pero cada articulación, cada tejido (ej: músculo) incluso, tiene una capacidad de soportar cierto nivel de estrés.
En este caso, no me refiero solo a estrés psicológico, sino a cualquier
estímulo que ponga una carga sobre tu sistema.
Por ejemplo, una mala postura es una carga sobre tus articulaciones, el estrés psicológico del trabajo es una carga sobre tu sistema nervioso, el entrenamiento es una carga sobre tus músculos y articulaciones y sobre tu sistema nervioso,
etc.
El dolor o esa molestia que sientes es una señal que tu cuerpo manda a tu cerebro para advertirle "¡oye! cuidado que estamos cerca de sobrepasar nuestra capacidad".
Si la carga excede la capacidad de tu cuerpo para soportarla, ya sea a causa de un trauma o golpe muy fuerte, o un esfuerzo excesivo, ocurren las lesiones.
En el escenario que leíste al principio de este
email, puede que esa última rep haya sido el último eslabón de la cadena, pero lo que en realidad causó el dolor y la lesión es la carga acumulada a la cual se sometió el tejido o la articulación.
Ni siquiera se debe solo a la carga de ese día, pero la carga puede venir acumulada de varios días o
semanas.
¿Por qué te debería importar esto?
Porque, la buena noticia es que con un
entrenamiento inteligente (y un coach que conozca sobre sus principios) podemos conseguir dos cosas:
La primera es escoger los ejercicios, la intensidad y el volumen adecuados para asegurar que la carga no sobrepase la capacidad de tus articulaciones y músculos.
La segunda es que, si eres constante con tu entrenamiento, tu capacidad irá aumentando progresivamente. O sea que cada vez la carga que puedes soportar sin lastimarte será mayor.
Suena como un buen trato, ¿no?
Si actualmente tienes (o conoces a alguien que tenga) una molestia muscular o articular recurrente y no quieres que te impida mantenerte activo y haciendo las actividades que más te gustan,
¡me encantaría ayudarte!
Responde a este correo y conversemos,
a ver si te puedo ayudar.
Espero que este email te haya enseñado algo útil para tu camino de fitness. Si fue así, me ayudaría mucho si lo compartes con gente que conoces y que le podría interesar.
¡Gracias por leer y nos hablamos en el próximo newsletter!