Hola ,
Todos nos equivocamos. Lo importante es aprender de nuestras equivocaciones y no tropezar dos veces con la misma piedra.
Hoy te quiero contar la historia de un error que cometí y que me costó un cliente de coaching:
Habíamos comenzado a trabajar juntos hace un mes y medio.
Hicimos la evaluación inicial, identificamos algunas áreas en las que debíamos concentrar su entrenamiento y le armé un plan de entrenamiento espectacular, uno de mis favoritos hasta ahora.
Semana uno: ✅ perfecto
Semana dos: ✅ genial
Semana tres: ✅ fácil
Semana cuatro: ✅ buen trabajo
Tuvimos su primera llamada de seguimiento: "Coach, me siento mucho más fuerte en los ejercicios que elegimos". Le felicité y le dije "perfecto, seguimos con el plan"
#winning. Todo iba perfecto, según yo.
Semana 5: Solo entrenó un día.
Semana 6: Entrenó un día completo y un día a medias.
A la semana 6 recibí un mensaje. "Coach, el próximo mes no voy a seguir. Llevamos 6 semanas haciendo los mismos ejercicios"
Para mi no había nada malo, porque había planificado un ciclo de 6 semanas con los mismos ejercicios que le permita progresar y, al final de ese período, volver a evaluar y cambiar los ejercicios que hicieran falta.
¿Mi error?
Nunca se lo dije.
En mi cabeza el plan estaba claro y todo iba perfectamente. El programa estaba pensado siguiendo dos principios básicos de entrenamiento: la sobrecarga progresiva y la especificidad (puedes leer este post para conocer los 5 principios).
Pero nunca se lo comuniqué y eso obviamente no le hizo sentir que estaba obteniendo lo que esperaba obtener del coaching.
En fin. Ha sido una lección muy valiosa y ahora priorizo involucrar más a mis clientes en las decisiones con respecto a sus entrenamientos y pedir activamente feedback para seguir mejorando.
(TL;DR) 2 lecciones del newsletter de hoy:
- Un buen programa de entrenamiento no tiene que cambiar demasiado de una semana a otra. Lo importante es progresar en ciertos ejercicios por un período de tiempo y, de ser necesario, cambiarlos estratégicamente para obtener mejores resultados.
- La comunicación entre atleta y coach es clave. De mi lado, intento mantener a mis clientes informados y al tanto de por qué estamos haciendo lo que hacemos. Por tu parte, si eres mi cliente espero que seas curioso/a y proactivo/a y que me preguntes todo lo que te haga falta para que saques el mejor provecho a tu programa.
Espero que este newsletter te haya enseñado al menos una cosa. ¡Hablamos la próxima semana!